domingo, 8 de abril de 2012

¿Qué nos dice Alberione sobre la Resurrección de Jesucristo y la nuestra?


 

   
  • En los varios anuncios que Jesús hizo de su muerte, la conclusión fue siempre esta: “Et tertia die resurgeret” (al tercer día resucitaré). Y esto es lo que nos tocará también a nosotros: bajaremos al sepulcro y resucitaremos (Lc 18,33).

  • Cuando, al clarear del día, las mujeres volvieron al sepulcro se encontraron con un ángel que les dijo: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¡Resucitó!”.

  • La resurrección de Jesucristo, ¡nuestra resurrección! A Marta que lloraba la muerte de su hermano Lázaro Jesús le dijo: “¡Tu hermano resucitará!, como realmente aconteció, y prosiguió diciendo: “El que cree en mí, aunque muera vivirá” (Jn  11,22).

  • Aquí tenemos dos resurrecciones; la de Jesús acaecida al tercer día; y la que acaecerá al fin del mundo, nuestra resurrección.

  • Ahí está Jesús crucificado, acogiendo la súplica del buen ladrón, pidiendo por sus propios verdugos, dejándonos a su Madre santísima y entregando su alma al Padre. Pero su cuerpo ¿debería soportar el poder de la muerte?... No, Dios lo glorificará y lo sentará a la derecha del Padre.

  • Cualquier fatiga que ahora soportamos será un día una gloria, toda mortificación será un día una gloria, cada cosa negada al cuerpo, que la pide ilícitamente, será un día una gloria.

  • En los sepulcros un día la voz del Señor omnipotente se dejará oír y por medio de los ángeles llamará de las tumbas a los muertos (cf. Ez 37).

  • ¡Cuánta consolación para el sentido de la vista, los ojos que contemplarán a la Sma. Trinidad, que se clavarán en Dios!  Veremos, gozaremos y cantaremos. ¡Dichosa la lengua que bendijo al Señor en la tierra! ¡Qué hermosos los pies que han llevado la paz y el Evangelio!
  
(Para una renovación espiritual – pág. 143-145).

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