jueves, 22 de diciembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 10

“No teman. Yo estoy con ustedes desde aquí quiero iluminar. Vivan en continua conversión”.

Después de aquel sueño de 1923, Alberione creyó escuchar una respuesta de Jesús a sus inquietudes y sueños. Fue como si una voz hubiera querido señalarle el camino hacia los nuevos desafíos de su tiempo y de qué manera las horas dedicadas a la contemplación del sagrario iban a otorgar la mayor luz para el momento que vivía. Como no pudo callar lo que había experimentado ante tamaño signo divino −haya sido sueño o no−, lo compartió con su director espiritual, y este supo darle una orientación sabia y santa.

Tranquilízate; sea sueño o no, lo que dijo es santo; haz de ello como un programa práctico de vida y de luz para ti y para todos los miembros
(Abundantes Divitiae, n. 154).

Desde este episodio todo se orientó a partir del sagrario y de prolongados momentos ante su presencia. Es así como nuestro Beato interpretará cada expresión desde el no teman al vivan en continua conversión. El primer mensaje es para señalar que no hay nada en el mundo que nos pueda separar del amor de Cristo y que este amor siempre estará con nosotros. Sin embargo, solo el pecado y nuestra insistencia en él nos alejan de su amor.

“Yo estoy con ustedes” es decir con su Familia, que yo he querido, que es mía, que alimento… ¡No duden! Aun cuando sean muchas las dificultades; ¡pero que yo pueda estar siempre con ustedes! ¡Nada de pecados!
(Abundantes Divitiae, n. 156).

Cristo fue para el Primer Maestro la luz que ilumina hasta los rincones más profundos de nuestra existencia pero también los momentos de la historia que se fraguan en medio de las dificultades y vicisitudes. Así el desde aquí y el quiero iluminar se constituyeron en una constante invitación a tomar todo del Señor y de ningún otro lugar.

“Desde aquí quiero iluminar”. Esto es, yo soy su luz y me serviré de ustedes para iluminar; les doy esta misión y quiero que la cumplan…Maestro divino presente en el sagrario; que ésta es su voluntad; que la entonces amenazada Familia irradiaría gran luz.
(Abundantes Divitiae, n. 157).

Por último, cuando Alberione alude a la imperiosa necesidad de tener dolor por nuestras faltas, no deja de expresar la enorme humildad que debemos de sentir cuando no asumimos nuestra fragilidad humana y también para que en nosotros no se pierda esa capacidad de alabar a Dios, aún con lo débiles que somos. Es un llamado a una continua conversión y a vivir en una auténtica fidelidad cristiana, sin menoscabarnos o minimizarnos por nuestros pecados.

“El dolor de los pecados” significa un reconocimiento habitual de nuestros pecados, de los defectos e insuficiencias: Distinguir en nuestra vocación lo que es de Dios de lo que es nuestro… de aquí nació la oración de la fe, el “Pacto o secreto del éxito”
(Abundantes Divitiae, n. 158).

Fredy Peña Tobar, s.s.p.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Album de familia

3ª Visita del P. Alberione a la Argentina

Se realizó en el marco de un viaje que comenzó el 19 de julio de 1953 pasando por Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, Colombia, Chile, Argentina y finaliza en Brasil el 3 de setiembre.
El jueves 13 de agosto de 1953 celebra la Misa a las 4,15 en Bogotá y se dirige al aeropuerto para tomar el avión que lo llevará con las dos Superioras Generales (M. Tecla y M. Lucia) a Santiago de Chile.



El lunes 17 de agosto, a las 15,40 parte desde Santiago para la Argentina. “En un dado momento se superan los diez mil metros de altura, entre un encanto de picos altísimos cubiertos de nieve y espantosos precipicios. Luego de 40 minutos la famosa cordillera de los Andes deja lugar a las vastas llanuras de la Argentina”. Como siempre, el Primer Maestro está absorto en otros pensamientos: recita el Breviario, el Rosario y luego escribe.

En menos de tres horas y precisamente a las 18,30 llegan a Buenos Aires. En el aeropuerto encuentran una numerosa representación de las tres Congregaciones (Pía Sociedad de San Pablo, Hijas de San Pablo y Pías Discípulas del Divino Maestro) que con algunos coches llevan a sus respetivos superiores Generales para conducirlos a los propios lugares.

18 de agosto. El Primer Maestro celebra en la capilla de la Sociedad de San Pablo de Florida. Hace la meditación y se entretiene con los nuestros. Luego, durante el día, visita la casa de las Hijas de San Pablo y de las Pías Discípulas que están poco distantes en el centro de la capital argentina.

20 de agosto, fiesta de san Bernardo, nos recuerda el aniversario de la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo, que aconteció hace 37 años en Alba (Cuneo). También en la casa de Florida (Buenos Aires) se hace fiesta, no sólo por los motivos arriba mencionados, sino por la celebración de la Misa y la meditación del Fundador. Rara ocasión, cuya presencia es de gran alegría y consuelo para sus hijos que no se contentan sólo de verlo y escucharlo desde sus propios lugares; cada uno busca acercársele individualmente para un consejo o una bendición.

21 de agosto. Por la tarde, el Primer Maestro celebra el rito de la Toma de hábito religioso de diez Postulantes de las Pías Discípulas. En el breve sermón, ilustra particularmente los tres apostolados confiados a la Pías Discípulas, incluidos en las palabras: Eucaristía, Sacerdocio y Liturgia.
Está presente al rito también Mons. Carlos Copello, sobrino y secretario privado del Cardenal Santiago Luis Copello, arzobispo de Buenos Aires. Por la tarde, el Primer Maestro les dice a las Hermanas: “¡Recen, recen, porque hay necesidad de muchas gracias!”

22 de agosto. Partida hacia Brasil. El viaje hacia Puerto Alegre aunque breve (¡sólo dos horas!) ha estado dificilísimo: una continua molestia y peligro a causa de un furioso temporal: no bastaba con abrocharse bien el cinturón, sino que era necesario tomarse de los asientos para estar en equilibrio. Cuenta la cronista que el avión que llegó después estaba en un estado calamitoso: el piloto tenía las manos ensangrentadas por el esfuerzo de las maniobras. El temporal continuó, aun después que el Primer Maestro y la Primera Maestra (Tecla) salieron del aeropuerto para ir a la casa de las Hijas de San Pablo.


Este viaje tiene una importancia muy decisiva para el apostolado paulino de lengua castellana. Durante la visita a los paulinos de Santiago de Chile, en una de las conferencias el P. Benito Spoletini, con otros hermanos, le hicieron presente la necesidad de coordinar las fuerzas para las ediciones de libros en lengua española (¡una veintena de casas con las Hijas de San Pablo!).
Leemos en la historia del CIDEP: “El P. Alberione realizó hace 50 años un importante viaje apostólico en el que visitó la mayoría de las Casas paulinas de Iberoamérica. Al término de su gira escribió, en el avión en el que regresaba de Brasil a Roma, una carta-circular exhortando a la coordinación y cooperación editorial entre las Casas de Iberoamérica. La carta-circular está fechada en Roma el 4 de setiembre de 1953 y fue enviada a todas las comunidades paulinas de Argentina, Brasil, España y Portugal…

“…Desde su primer viaje internacional, en 1946, hasta la redacción de la antedicha carta-circular, en 1953, el P. Alberione ya había tenido ocasión de visitar cuatro veces España; tres veces Argentina, Brasil, México y Portugal; dos veces Colombia, Chile y Venezuela; y una vez Cuba. El fuerte llamado del P. Alberione a la coordinación y a la cooperación apostólica, que sería una constante en sus escritos y exhortaciones posteriores, no era nada improvisado. “Desde hace tiempo se desea una coordinación en la selección y una cooperación en la propaganda… La cosa, en teoría, es muy buena; pero encuentra notables y variadas dificultades en la práctica. He escuchado a todos y parece que se pueda alcanzar el éxito, si por ahora se reduce todo a un plan mínimo a la espera de poder hacer algo más y mejor” (Roma, 4 de setiembre de 1953).

El historiador de Florida