sábado, 24 de septiembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 5

Lo universal, litúrgico y pastoral de la misión paulina


Sin lugar a dudas, que la devoción a san Pablo y sus cartas fueron motivo de gran inspiración para nuestro Beato. La carta magna y doctrinal del Apóstol –a los Romanos−, se constituyó en objeto de estudio y meditación. Desde este estudio se sustentan las bases de la espiritualidad y santidad paulina. La reflexión que Alberione hace sobre estos temas y otros como su obra dogmática y moral, la organización de la Iglesia y su celo por todos los pueblos, sirvieron como clave de motivación en el proyecto de la Familia paulina. Fue tan fuerte este influjo, que a san Pablo se le atribuye, en un momento determinado, la curación de su enfermedad que acaeció en 1923.

“Vio en san Pablo verdaderamente al Apóstol…A san Pablo fue consagrada la Familia y se atribuye la curación al Primer Maestro…” (Abundantes Divitiae, n. 64).

Alberione vio en la liturgia un modo de evangelización que si era bien asumido y considerado en alta plusvalía podía impregnar en los corazones de los creyentes una posibilidad real de aterrizar lo celestial a la vida sacramental y a la riqueza de los signos. El leer obras de grandes autores de la época como: Caronti, Schuster, Veneroni, Eisenhofer, y algunas revistas Ephemérides Litúrgicae y la Rivista Liturgica, fueron suficientes para dar clases en esta materia. Asimismo, sus nombramientos como maestro de ceremonias o ceremoniero del Obispo sirvieron para que él gustara cada vez más de la oración de la Iglesia y su liturgia.

“Estos cometidos le hicieron desear tener iglesias apropiadas para unas hermosas celebraciones litúrgicas… En la Familia paulina se tuvo gran consideración el canto gregoriano y la música sacra; pronto se empezó a trabajar en el misalito y después en el boletín litúrgico, La vida en Cristo y en la Iglesia, de las Pías Discípulas, con finalidad litúrgica” (Abundantes Divitiae, n. 73 y 74).

El carácter pastoral del apostolado paulino surge de dos grandes maestros de la época: Krieg y Swóboda. Sin embargo, esta inspiración pastoral de nuestro Beato nació, principalmente, por esa luz y acción de Jesús-Hostia y por los cometidos confiados que él desempeñó con obediencia. Era fuerte, en Alberione, la necesidad de llevar la palabra a todos, predicar, enseñar y bautizar. Fue entonces, cuando pensó en fundar las “Hermanas Pastorcitas”. Además, insistió sobre la enseñanza de la catequesis y la predicación directa con la Biblia, de manera que llegara a toda clase de personas.

“Tuvo diversos contactos y experiencias pastorales. Sentía cada vez con mayor intensidad:’ Id, predicad, enseñad, bautizad’…Se inspiró mucho en dos grandes maestros: Swóboda, Pastoral en las grandes ciudades, y Krieg, Teología pastoral, cuatro volúmenes que leyó y releyó durante años” (Abundantes Divitiae, n. 82 y 84).

Fredy Peña T., s.s.p.

sábado, 17 de septiembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 4


Un cariz paulino se fraguó en medio de tanta “agitación”


En medio de una época de gran convulsión social, política, económica y −por qué no decirlo− eclesial como lo fue el siglo XX, Padre Alberione tuvo que bregar bastante para dialogar con la cultura de su tiempo y elaborar una forma de anunciar a Cristo osadamente. En este esfuerzo de animación cristiana de la cultura, había que ser sal y luz. No sólo era la transmisión de un Cristo Resucitado como señalan los evangelios, sino de un Cristo Resucitado que interpelara y se adosara a la cultura, de manera que tuviera cabida en todos los ámbitos de la vida humana.  

“Dar en primer lugar la doctrina que salva. Empapar de evangelio todo el pensamiento y el saber humano. No hablar sólo de religión, sino también de todo cristianamente… algo parecido a una universidad católica, que si es completa debe incluir teología, filosofía, letras, medicina, economía política, ciencias naturales, etc.” (Abundantes Divitiae, n. 87).

Recordemos que en aquella época el modernismo se había expandido fuertemente y había causado gran  turbación y desorientación social, económica y política. Sobre todo, en la literatura, arte, en disciplina eclesiástica, teología, historia, etc. Resultó poderoso su influjo y por ese mismo motivo, en 1907 fue condenado por el Santo Oficio (decreto Lamentábili) y, por Pío X (encíclica Pascendi domínici gregis). Además, el socialismo irrumpía abruptamente con el materialismo y la lucha de clases. Sin embargo, León XIII contrarrestó estas corrientes de pensamiento con sus encíclicas: Rerum Novarum e Humanum genus que también originaron divisiones en el clero y sirvieron de lectura e inspiración a nuestro Beato en la formación de su pensamiento.

La Santa Sede emanaba continuamente documentos invitando a los católicos a ponerse a la altura de los nuevos cometidos. Al tiempo que se advertían muchos espíritus indolentes e inconsiderados, los católicos y el clero conscientes actuaban sagazmente según las directrices papales” (Abundantes Divitiae, n. 55).

Ante tamaños acontecimientos, P. Alberione meditaba frente al Santísimo. Estas experiencias confirmaban más su idea y persuasión de que todo el mensaje cristiano de su Obra no podía dejar de estar en sintonía con el Papa y su romanidad.

“El Papa es el gran faro encendido por Jesús a la humanidad, para todos los siglos. Los primeros miembros emitían un cuarto voto: ‘obediencia al Papa en lo referente al apostolado’, como actitud de servicio al Vicario de Jesucristo” (Abundantes Divitiae, n.57).

Este espíritu social de nuestro Beato no pudo resistirse a estos cambios y comenzó una ardua tarea de iniciativas, que se plasmaron en: conferencias y congresos sociales en que formó parte, cooperación con organizaciones y obras sociales, relaciones con los hombres de la Acción Católica, etc. Su personalidad y santidad e intimidad con Jesús y su visión social de llegar con el mensaje del Evangelio a todos los pueblos fueron los que, en definitiva, estructuraron una forma de pensar el mundo no sólo humanamente, sino también cristianamente.

“Acción y oración orientaron hacia un trabajo social cristiano que tiende a sanear gobiernos, escuelas, leyes, la familia y las relaciones entre las clases y las naciones. Para que Cristo, camino, verdad y vida, reine en el mundo” (Abundantes Divitiae, n. 63).

                                                                                                                                       Fredy Peña T., s.s.p.

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 3

No siempre el momento está maduro…


P. Alberione siempre procuró una búsqueda constante de vocaciones jóvenes y, en lo posible, que éstos tuvieran una formación sólida no solamente para los estudios eclesiásticos, sino también en distintos ámbitos del conocimiento. De ahí que no descansaba ni aun en sus vacaciones para instruirse y asesorarse en la preparación de los futuros paulinos.

“En ratos libres procuraba acercarse a los superiores para conocer los métodos de captación y formación de las personas. Advirtió entonces la necesidad de dar preferencia a los jóvenes…” (Abundantes Divitiae n. 36).

Deseoso de atraer vocaciones jóvenes con la intención de hacer de ellos auténticos hijos de Dios, se preguntó: ¿Por qué no asociarlos a un apostolado? Apostolado que no exclusivamente debía ser hecho por Sacerdotes, sino también por hermanos laicos entregados desinteresadamente en la construcción del Reino.

“Sacerdote que escribe, hermano que multiplica y difunde con el trabajo técnico… ¡Intimamente asociados en la vida religiosa, sacerdote y hermano, unidos en el mismo apostolado, para prepararse la corona celestial!” (Abundantes Divitiae n. 41).

El constante discernimiento y maduración de sus ideas le iban mostrando a nuestro Beato cómo Dios se hacía presente en cada uno de los acontecimientos. Sobre todo, cuando la visión del hombre se oscurece y se enreda por su fragilidad, defectos, y errores que enturbian su mirada. P. Alberione se dio tiempo en cada decisión y esperó la providencia divina para ver cómo se manifestaba. Prueba de esto fue su iniciativa de elevar oraciones para el funcionamiento de las Hermanas Pastorcitas en 1908, que se materializó sólo después de treinta años.

“Por otra parte, no hay que forzar la mano de Dios; basta vigilar, dejarse guiar, en las distintas obligaciones tratar de involucrar mente, voluntad, corazón, energías físicas…” (Abundantes Divitiae n. 44).

Solía suceder que, en sus momentos de discernimiento, a veces pasaba mucho tiempo antes de tomar una decisión o simplemente “las luces” no venían. Permanecía días en su habitación y luego salía con ideas y sugerencias nuevas para ser concretizadas.

“No siempre el momento estaba maduro, pero el Señor hacía conocer las cosas, dejando a su siervo el trabajo, incluso los errores… para intervenir luego remediando errores y fallos, y obrar en lugar suyo” (Abundantes Divitiae n. 47).

A la luz de estos acontecimientos, el mundo no quedaba indiferente al asesinato de la pareja archiducal de Habsburgo, y de esta manera Austria declaraba la guerra a Serbia, con la consecuente entrada en conflicto de dos bloques opuestos: Alemania y Rusia… lo que desencadenó en la “primera guerra mundial”. Sin embargo, en un pequeño rincón de Italia, un hombre atesoraba un haz de esperanza en medio de un contexto hostil que se avecinaba. Nuestro Beato −P. Alberione− no se amilanó para fijar los fundamentos de la futura Pía Sociedad de San Pablo, que fundó un 20 de agosto de 1914, fiesta de san Bernardo de Claraval y muerte del Papa san Pío X.

Fredy Peña T., s.s.p.

jueves, 8 de septiembre de 2011

FUENTE DE ESPIRITUALIDAD UNIVERSAL


La doble mesa, palabra y eucaristía

El 26 de noviembre, día en que nace al cielo el Padre Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, recordamos junto a la Iglesia sus pensamientos que son fuente de espiritualidad universal.

El Beato P. Santiago Alberione y, por tanto, según el planteamiento de la espiritualidad paulina y de su pastoral de la comunicación social, la Biblia es el marco y la base de toda oración, de toda reflexión y de toda decisión. En una palabra lo es todo.

Como idea fundamental, el P. Alberione estableció una íntima relación entre el Cristo Verdad presente en la Biblia y el Cristo Vida presente en la Eucaristía. No se puede aislar a Cristo en una de las dos realidades: sería como dar al pueblo un Cristo incompleto. Es la doble mesa que se ofrece para que el hombre crezca de manera armónica.

Esta igualdad de culto que daba este bienaventurado padre a la Palabra y a la Eucaristía fue una intuición revolucionaria en su tiempo: así nace el culto de adoración a la Palabra de Dios, que se expresaba en el hecho de colocarla sobre el altar, junto a la eucaristía. También en todos los locales y casas paulinas, la presencia del Libro Sagrado expuesto en lugar de honor, de precedencia, indicando el centro de toda iniciativa y proyecto.

Eucaristía

Una de las expresiones claves del P. Alberione que encontramos en el libro: Leggete le Sacre Scritture es: “la Biblia es como la Eucaristía...”, por lo tanto habla de una igualdad de culto.

Y cuando se refiere a la celebración eucarística, la define como “la Pascua diaria”, el centro de donde dimana toda fuerza, gracia, en sintonía como dirá años más tarde en Concilio Vaticano II, en la Sacrosanctum Concilium, que la eucaristía es “centro de la comunidad, forma de la vida del creyente y fuente y cumbre de toda actividad evangelizadora”. Forma del creyente, porque la eucaristía remite al Cristo total con toda la fuerza de su espíritu, y el creyente vuelve a Dios siguiendo el camino pascual de Cristo: sufrimiento, muerte y resurrección. Fuente y cumbre de toda evangelización, porque la Eucaristía está al comienzo de todo camino hacia Dios, y como fruto gratuito de ésta, la actividad evangelizadora, que conduce hacia la celebración sin fin, hacia la pascua eterna.

Espíritu alberoniano

Entonces, el “gran amor” que este gran Fundador trató de inculcar a cada miembro de la Familia Paulina, en especial a las hermanas Discípulas del Divino Maestro, fue la Eucaristía, por eso decía: “alimento del espíritu es la Palabra y es la Eucaristía. ¿Por qué y cómo alimentan el espíritu? Dándonos a Jesucristo. Y ¿cuál es este alimento? Es el camino, la verdad y la vida. Alimento para la fe, para la voluntad y para la virtud, alimento de vida y de gracia. El don de la misa y la comunión conducen realmente al ‘es Cristo quien vive en mí’” (Ipsum Audite 6,75,95).

Palabra

Esta comunión común con el Cristo la alcanzamos a través del contacto con la Palabra o escuchando su mensaje. Haciendo un recorrido bíblico, hay algunos textos que nos interpelan y hablan al corazón. Por ejemplo, el día del Bautismo del Señor, en que se escuchó la voz del Padre, que dijo: “Éste es mi Hijo muy querido en quien tengo puesta toda mi predilección, escúchenlo”. Quienes se dejan llevar por esta amorosa invitación y tener el coraje de la experiencia de transformación, llegan a profesar su adhesión al Maestro como Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna”. Entonces él es el Maestro de palabras de vida eterna que es reconocido entre tantas voces. Su voz es la “Voz”, la “Palabra”, él mismo dice: “Yo soy el Buen Pastor, ellas oirán mi voz y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor”.

Entonces esta invitación del Padre a escuchar al Hijo, que tiene palabras de vida eterna, tiene el mismo sentido de vida y eternidad cuando Jesús dice: “Yo soy el Pan vivo bajado del cielo, si uno come de este pan, vivirá eternamente” (Jn 6,51). O la otra cita bíblica que dice: “Yo soy el pan de la vida, quien viene a mí no tendrá más hambre y quien cree en mí no tendrá más sed” (Jn 6,35).

Palabra y Eucaristía, doble mesa de una misma realidad, Cristo Maestro y Pastor, Camino, Verdad y Vida, que se ofrece para la salvación de la humanidad.

Esta realidad salvífica, revelada y vivida por todos los que creyeron en Cristo a lo largo de los siglos, hoy sigue siendo tan real como ayer, y lo será aún más tangible en el reino escatológico.

Y… ¿a qué viene esta reflexión bíblico-litúrgica? Y es justamente para poner en evidencia una vez más que la Palabra y la Eucaristía son fuentes vitales de donde se nutre el Espíritu que anima con dinamismo pneumatológico todo el ser y el quehacer del creyente.

Evidenciar entonces esta realidad significa hacer una anamnesis y que Palabra y Eucaristía siempre van juntas. Ya el Padre Alberione en su tiempo reaccionó contra el moralismo imperante ante la falta de contacto con la Palabra de Dios y, por lo tanto, contra la ausencia de una auténtica evangelización, tratando de llevar nuevamente la predicación con los medios de comunicación social a las fuentes genuinas y puras de la espiritualidad cristianas: la Sagrada Escritura y la Liturgia.

Esta herencia alberoniana tanto para la Familia paulina como para la Iglesia toda, no nos deja indiferentes cuando miramos a nuestro mundo con los ojos de San Pablo: nos debemos a todos o todas las culturas y razas (Cfr. Rom 1, 14), nos debemos como páginas bíblicas vivientes y como hostias vivas, santas y agradables a Dios, nos debemos a cada desafío y reto que la sociedad de hoy nos exige, con gestos de justicia, lealtad, solidaridad, servicio, que nacen de la animación interior del espíritu paulino, es decir, asociados íntimamente a Pablo en su experiencia del “ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí”.

Exhortados a proclamar la alegría pascual y a ser mensajeros del anuncio de la Buena Nueva, para que nunca más nadie tenga hambre del Pan de Vida eterna y que todos sean sabios en la practica asidua en la escucha de las palabras de Jesús y practicarlas.

El Padre Alberione fue fiel hijo de María Maestra y Reina de los Apóstoles, y enseño a acogernos a ella para que guiados por su ejemplo de fidelidad y apóstol incansable de su Hijo Jesucristo realicemos en nuestra vida aquella tierna invitación maternal: “Hagan todo lo que él les diga”.

Lic. María Cristina Aguirre
Lic. Sagrada Liturgia
christyaguirre@yahoo.com.ar

domingo, 4 de septiembre de 2011

Beato Santiago Alberione

Discípulo misionero en la cultura actual
Vida, iconos y encuentros

Teresa Groselj, fsp





La vida del Beato Santiago Alberione, contada en íconos realizados por Teresa Groselj, fsp
Para ver todo el libro HAGA CLICK AQUI


sábado, 3 de septiembre de 2011

"Ecos de Alberione" - 2

Hacia una riqueza fundacional…



Una riqueza que… P. Alberione plasmó en una historia donde fue posible transmitir una experiencia de Dios, asumida y testimoniada desde lo más profundo de su ser. No se trataba de una simple doctrina, clase o discurso para comunicar, sino de una serie de “vivencias sagradas”, que evidenciaron una fuerte presencia del Espíritu y que en el ámbito de la Teología se denomina: “carisma del Fundador”. En Abundantes Divitiae, nuestro fundador se dejó inspirar por el ejemplo de Pablo en sus cartas, tal vez, no en su estilo, pero sí, en el espíritu (cf. 2 Corintios 13, 3-4).

“El modelo preferido por P. Alberione es quizás el de san Pablo… Encontramos la misma humildad del convertido, el mismo reconocimiento a Cristo por haberlo substraído de las tinieblas y haber hecho de él un instrumento de su luz” (Abundantes Divitiae, p. 16).

Una riqueza que… en su deseo de comunicar a otros esta experiencia sólo se explica en su afán de dar lo mejor de sí mismo, es decir, lo que Dios ha realizado en él y por medio suyo en favor de sus más cercanos: la Familia paulina. No es un dato menor el uso recurrente, en Abundantes Divitiae, de los términos: “gracia”, “sobrenatural”, “santidad” y “misión”; pues denotan una constante intención de ir desde lo más bajo hasta lo más alto, de lo terreno hasta lo celestial, de lo humano a lo divino, de no malograr la vida en cosas superfluas que en vez de hacernos más humanos, nos deshumanizan e impiden una santidad de vida.

“La primera preocupación de la Familia Paulina será la santidad de la vida, la segunda la santidad de la doctrina” (Abundantes Divitiae, n. 90).

Una riqueza que… desde esta santidad de vida, P. Alberione descubrió un tesoro antropológico, que sintetizó en la tríada “mente, voluntad y corazón”. Es decir, todo el hombre es para Dios y para el mundo. Pero este “tesoro” no quedó ensimismado para sí, sino que se “donó” en el propio anuncio del evangelio.

“Todo el hombre en Cristo, para un total amor a Dios: inteligencia, voluntad, corazón y fuerzas físicas” (Abundantes Divitiae, n. 100).

Una riqueza que… es principalmente teológica y ascética, es decir, busca apropiarse de todo el Cristo, de manera integral, en la “devoción” y en el método “camino, verdad y vida”. Un “camino” recorrido por los senderos de la fe; una “verdad” anunciada y una “vida” hecha testimonio por P. Alberione a modo y ejemplo del mismo Jesús.

“La Familia paulina aspira a vivir integralmente el evangelio de Jesucristo, camino, verdad y vida, en el espíritu de san Pablo” (Abundantes Divitiae, n. 93).

Fredy Peña T., s.s.p.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Celebración del inicio del Trienio en prepraración al Centenario de la Familia Paulina

Hermanas Pastorcitas
Comunidad de Salta

Delegación Argentina - Bolivia




El pequeño rebaño de la Familia Paulina presente en Salta - Argentina, convocado por el Maestro y Pastor, ha dado inicio al trienio en preparación al Centenario de fundación. Iniciamos la jornada con la Adoración Eucarística, en la que juntos hicimos memoria espiritual de las abundantes riquezas de gracia y misericordia que el Señor derrama en nuestra Familia Paulina.

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