viernes, 30 de marzo de 2012

Album de familia

4ª Visita del P. Alberione a la Argentina


El viaje comienza el 12 de septiembre de 1955. Viaja con las dos Madres Generales: M. Tecla Merlo y M. Lucía Ricci. La primera escala es Francia, luego continúa por Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Méjico, Venezuela, Colombia y Chile.
El martes 8 de noviembre los tres viajeros llegan a Buenos Aires. Permanecerán hasta el día 17 de noviembre, excepto M. Lucía que se queda hasta el día 30.
El viernes 11, después de haber escrito una carta al P. David Cordero referente al apostolado del cine, parte de Buenos Aires para Córdoba a las 4,30 en Aerolíneas Argentinas. Se queda todo el día trabajando como de costumbre (predicación, escucha de cada uno, visita a la librería, etc.) y regresa a Buenos Aires por la tarde.
Su permanencia, en la Argentina, ha estado llena de espíritu apostólico para todas las casas y para todos los sectores de nuestro apostolado.
En Buenos Aires, ha bendecido, con sobrepelliz y estola, la grande y moderna librería en calle Talcahuano 230, que permaneció en ese lugar hasta la década del 60 en que se trasladó a un local propio, en Av. Callao 325.

Durante la conferencia que tuvo con los paulinos, en la comunidad, ha insistido para que se haga un trabajo más intenso por las vocaciones, y también ha manifestado que si se trabaja más con la Virgen las cosas irán mejor.
Por ello ha aconsejado iniciar la impresión de una revista mariana como la que se hacía en Italia. Tomará el nombre de “Ella”. Ponía también como ejemplo una revista mariana que se hacía en Canadá, titulada: “Miriam”.
Recuerdo que para buscar el título, el director −P. Pablo Luchino−, hizo un certamen con todos los miembros de la comunidad, incluidos los aspirantes.
“Uno de esos días, cuenta el P. Olivo Lazzarin, llama aparte al P. Angel Cozzani, al P. Juan Bartolamasi y a mí, y todo serio nos dice: ‘Dicen que soy viejo y que sería hora que en mi lugar estuviese uno más joven que guiase y desarrollase mejor la Congregación. Piensen y luego me darán una respuesta personal y separada. Yo me retiraría para otro trabajo. Tendría que poner por escrito algunas ideas, por ejemplo sobre la legislación eclesiástica que se remonta al Concilio de Trento. Y esto, no con la pretensión de reformador’”.
El 13 de noviembre, el Primer Maestro, de acuerdo con la Primera Maestra Tecla, llama por teléfono a las Hijas de San Pablo de Roma para que inicien lo más pronto una revista acerca de la juventud femenina (revista que verá la luz en Navidad con el título de “Cosí”).

Para el cine mantiene una reunión y visita la agencia de la calle Lavalle 1981, insistiendo para la difusión de los cortometrajes catequísticos.
Tanta era la importancia que le daba al cine, que se hacía en coordinación con las librerías de las Hijas de San Pablo llamadas también: “Agencias de San Pablo Film”, que en el famoso mes de Ejercicios Espirituales de Ariccia, en abril de 1960, el P. Angel dictó una conferencia sobre: “Coordinación latinoamericana del apostolado del cine”.
Los últimos días el Primer Maestro los dedicó completamente a la escucha de los nuestros.
No tuvo ni tiempo para responder a las cartas que le han llegado a la Argentina, tanto los días han sido llenos. Tiene apuro de llegar pronto a Brasil por los graves problemas que suscita esta gran nación.
El Primer Maestro junto con M. Tecla viajan a Brasil el jueves 17 de noviembre de 1955.
Dice un cronista que el Primer Maestro llega a Brasil “más bien cansado y tiritando”.
La llegada a Roma se realiza el día 12 de diciembre.

El historiador de Florida

viernes, 23 de marzo de 2012

Nos dice el Beato Alberione:


• La Familia Paulina generalmente consagra el mes de marzo a san José. Conocer más al Santo en su misión, virtud, privilegios, gloria, poderes en el cielo.

• Imitar siempre mejor a san José en la humildad y en el cumplimiento de la voluntad de Dios, en su vida de silencio, de trabajo y de plegaria. Invocarlo en todas las necesidades espirituales y materiales, por la Iglesia Universal, por los agonizantes, los pobres, los obreros y los gobernantes.

• Un mes de meditaciones, de lecturas, de plegarias, de florecillas en honor a San José será cosa agradable a Jesús y a María, que amaron y honraron al Santo.

• San José continúa en el cielo la misión que tuvo sobre la tierra:
   - Ser el custodio virginal de María
     Ante los hombres él cubría el misterio de la concepción virginal. Él tutelaba y defendía a María en los  viajes y en las dificultades como a Belén, a Egipto y en la pérdida de Jesús en el Templo.
  - Ser el padre nutricio de Jesús
    Con él el Niño trabajaba, oraba, santificaba la casa con las virtudes domésticas.
  - Ser el custodio de la gran familia cristiana: la Iglesia
    Es el protector de la Iglesia universal difundida por todo el mundo: la custodia, la defiende, la exalta en el fervor y en la propagación.

• San José sólo deseaba cumplir la voluntad divina y secundar en todo a su Dios. Dios podía disponer de él según los deseos y los designios de su amor.

• San José, además, es llamado el “hombre justo”. Con esta expresión el Espíritu Santo lo muestra como hombre adornado con todas las virtudes.

• Justo con Dios, porque a Él daba culto, honor, obediencia… Justo con el prójimo al que respetaba, estimaba y brindaba socorro en sus necesidades. Justo consigo mismo, sometiendo los sentidos al espíritu, cumpliendo sus deberes de esposo, de padre y de obrero.

• San José es también el patrono de los moribundos. Él tuvo una muerte santísima asistido por Jesús y María. 

lunes, 19 de marzo de 2012

Estamos construyendo una comunidad fraterna

¿Desde qué lugar lo hacemos?

Desde la familia, pequeña Iglesia domestica, claro ejemplo y testimonio de cristianos, primeramente en nuestra familia, luego en la comunidad y por extensión en la sociedad.

¿Cómo lo hacemos?

Animados por el Espíritu, la fe y nuestras obras. La espiritualidad paulina nos define en Jesús Divino Maestro como el camino la verdad y la vida, y María Reina de los apóstoles como intercesora y en San Pablo Apóstol como el comunicador de la Palabra.

San Pablo fue el inspirador y el modelo de nuestro P. Santiago Alberione para crear la Familia Paulina, que más tarde completó con la creación de los Institutos (obra propia de la Sociedad de San pablo) y entre ellos el Instituto Santa Familia al cual pertenecemos y profesamos los Consejos Evangélicos.

Con humildad, seamos el fermento en la masa, para que se susciten nuevas vocaciones para toda la Familia Paulina: “reavivemos el don que hemos recibido”

                                                                                                                             Instituto Santa Familia

Oración a la Trinidad por nuestros cien años de servicio a la Iglesia


Santísima Trinidad,
que haces brillar en nosotros tu luz divina,
acepta nuestra gozosa alabanza y bendición,
por los primeros cien años de vida de nuestra Familia Paulina.

Te damos gracias, Padre lleno de ternura,
por la rica efusión de gracia que has derramado sobre nuestra Familia
en estos años de servicio a la Iglesia;
por los prodigios de santidad apostólica que has realizado
en el beato Alberione, nuestro Fundador, en el beato Giaccardo,
en la Maestra Tecla, en la Madre Escolástica,
y en tantos hermanos y hermanas de la “admirable Familia Paulina”;
Te damos gracias por todas las iniciativas que, en los diversos sectores apostólicos,
mediante las riquezas de la comunicación,
han contribuido, Padre, a dar a conocer y adorar tu Nombre
y a manifestar tu Gloria.

Humildemente te pedimos perdón, Divino Maestro, Pastor bueno,
porque no siempre hemos respondido con generosidad
a las exigencias de nuestra misión;
porque no hemos dedicado suficiente tiempo y atención
al conocimiento de tu Palabra y a la profundización de nuestro carisma;
por haber confiado más en nuestras capacidades y recursos
que en el don de tu infinita misericordia.

Te suplicamos, Espíritu Santo Consolador,
por intercesión de María, Reina de los Apóstoles,
que llenes de dinámica sabiduría a quienes has puesto como guías,
para que sepan discernir con claridad
los caminos por donde quieres conducir a nuestra Familia;
llénanos de tu aliento de vida, como en un nuevo Pentecostés;
haznos capaces de nueva profecía
para que realicemos plenamente el sueño de nuestro Beato Fundador:
vivir de Jesucristo y darlo – como Camino, Verdad y Vida –
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo,
y ser “San Pablo vivo hoy” en la Iglesia de Dios.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo...

viernes, 16 de marzo de 2012

"Ecos de Alberione" - 12

“La espiritualidad integral a Jesús Maestro”

Alberione en su búsqueda de una identidad concreta con Cristo supo empaparse de lo sustancial de otras formas de espiritualidad de su tiempo. Se interiorizó y simpatizó con la vida espiritual de grandes santos como san Leonardo Murialdo, san Juan Bosco, san José Benito Cottolengo, san Ignacio etc. Reconoció lo bueno que estos poseían, ya sea por sus iniciativas de caridad activa como la sensibilidad social que evidenciaron. De alguna manera, constató que en esas espiritualidades, siempre estaba presente la persona de Jesucristo, el Maestro Divino. Sin embargo, desde la figura de san Pablo, Alberione encontró y sondeó una espiritualidad que guiaba al discípulo por el camino del Maestro Divino. Asimismo, reafirmó este itinerario espiritual en la figura del “Cristo total” del apóstol san Juan y lo sintetizó en aquella triada tan particular: “Jesús, camino, verdad y vida”.

…San Pablo lo vive entero, sondea los profundos misterios de su doctrina, de su corazón, de su santidad…; lo considera doctor, hostia, sacerdote; nos presenta al Cristo total... (Abundantes Divitae, 159).

En esta dimensión espiritual encontramos la figura de “Jesucristo Integral” que lo llevó a formular el dogma, la moral y el culto desde Cristo. Esta devoción se constituyó en la base para que la espiritualidad paulina tomara un estilo de vida muy particular, pero a la vez muy universal. Alberione vislumbró que aquella devoción contemplaba una dimensión total de la persona y por lo tanto, era necesario que esta tuviera como punto de referencia al mismo Jesús.

…Hasta sustituirse en el hombre o al hombre: ‘Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí… En esta devoción confluyen todas las devociones a la persona de Jesucristo Hombre-Dios (Abundantes Divitae, 160).

Desde la visión “Hombre-Dios”, nuestro Beato comprobó que las oraciones de muchos y en especial de quienes realizaron sacrificios por la causa paulina se vieron reflejadas en sus frutos. En este sentido, la “divina asistencia” siempre estuvo presente en cada iniciativa u proyecto. Más aún, muchas veces, los problemas y contrariedades de distinta índole no mermaron su confianza en lo que hoy conocemos como “divina providencia”, que en muchas ocasiones fue testigo de aquel evento.

…Las familias son fruto de innumerables sacrificios, oraciones y ofrecimientos: de muchos años… No faltaron peligros de diversa índole: personales, económicos; acusaciones en referencias escritas y verbales: se vivía en peligro día tras día; pero san Pablo fue siempre la salvación… Las necesidades eran urgentes y graves; y todos los recursos y esperanzas humanas se habían cerrado; se rezaba y se procuraba alejar el pecado y toda falta contra la pobreza… Sin embargo, soluciones inesperadas, dinero venido por manos de desconocidos, préstamos ofrecidos, otros bienhechores y otras cosas que él nunca supo explicarse… (Abundantes Divitae, 163, 164 y 166).

Fredy Peña Tobar, s.s.p.

viernes, 9 de marzo de 2012

"Ecos de Alberione" - 11

La devoción a la Reina de los apóstoles


Sin lugar a dudas que la devoción a María como “Reina de los apóstoles” fue un pilar importante en la vida de nuestro Beato y, posteriormente, en la espiritualidad de la familia paulina. Lo primero que debemos señalar es que tuvo sus orígenes con san Vicente Palloti (1795-1850), fundador de la Congregación y de la Sociedad del Apostolado Católico, y que asoció con las actividades apostólicas. Nuestro Beato la adoptó para expresar la función que María cumplió y sigue cumpliendo en la Iglesia. De esta manera, difundió el amor por la Virgen María en el seminario, conferencias pastorales, o a los nuevos sacerdotes en el ministerio, a quienes señalaba lo siguiente:

María recibió un doble anuncio: el del ángel Gabriel que le notificaba la maternidad divina respecto de Jesucristo, y el anuncio de Jesucristo crucificado, que le comunicaba la maternidad universal referida a todo el cuerpo místico que es la Iglesia (Abundantes Divitae, n. 182).

Si es cierto que nuestro Fundador tomó esta devoción de otro, cabe preguntarnos ¿dónde está su originalidad hoy? Quizás tendremos que verlo en cómo nuestro Beato profundizó esa función de María como protectora y madre en la vida y misión de la Iglesia. Por esta razón, la devoción a la Reina de los apóstoles se constituyó en un elemento irrenunciable en la espiritualidad paulina.

María dio al mundo la gracia en Jesucristo… y el mundo necesita a Jesucristo, camino, verdad y vida. María lo da mediante los apóstoles y los apostolados. Ella los suscita, los forma, los asiste, los corona de frutos y de gloria en el cielo (Abundantes Divitae, n. 182).

No podemos olvidar que en 1948 nuestro Fundador escribirá un libro sobre “María, Reina de los apóstoles”, que junto a sus “oraciones marianas” nos ofrece la posibilidad de encontrar una serie de consideraciones acerca de esta particular devoción. Tanto tuvo presente a María como “Reina de los apóstoles” que le prometió un Santuario con este nombre en cumplimiento de un voto hecho a toda la familia paulina para su protección. Actualmente, este santuario se encuentra ubicado entre las calles de Alessandro Severo y Antonino Pío. Se comenzó a construir en 1945 y fue consagrada en 1954. Es santuario y Basílica menor, que desde mediados de los años setenta funciona como parroquia.

María da siempre a Jesús como un ramo que siempre lo lleva u lo ofrece a los hombres: pasible, glorioso, eucarístico, etc. por obra del Espíritu Santo, con su sangre. Dando a Jesús, nos dio la redención, la Eucaristía, la Vida... María es la apóstol, la Reina de los Apóstoles, la ejemplar en todo apostolado, la inspiradora de todas las virtudes apostólicas (boletín SP n. 15, Alba, 1935)

Fredy Peña T., s.s.p.