miércoles, 24 de agosto de 2011

“Ecos de Alberione” - 1

Un don recibido…


Precisamente, cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo −¡ustedes han sido salvados gratuitamente!− y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo. Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo Jesús (Efesios 2, 5-7).

Desde este pasaje de la carta a los Efesios, P. Alberione se inspira para dar título a su escrito: Abundantes Divitiae Gratiae Suae, que nos habla del carisma y misión de la Familia Paulina en el mundo. Dirá: “Quisiera dar a conocer algo que me parece muy importante, que después de la muerte no se hable más de mí, sino sólo de San Pablo, pues él es el Fundador, el modelo, el padre y nuestro inspirador. Es necesario que ello se transparente en el trabajo que tienen en las manos” (Abundantes Divitiae, p. 12).

Nuestro fundador entendió, por infinita bondad de Dios, que en la misión de la Familia Paulina se nos ha regalado abundantes riquezas de gracia. P. Alberione encontró en esta expresión de San Pablo la palabra clave que describe todo el misterio de amor que Dios ha manifestado en él mismo y en la Familia Paulina. Los hitos de su vida confirmaron la presencia de esta gracia o don, que fue desplegándose en su propia vocación y, lógicamente, manifestándose en el carisma y en el apostolado paulino.

“Tuvo momentos de mayor gracia que determinaron la vocación y la misión especial. Primero, la vocación sacerdotal; segundo, la particular orientación de la vida; tercero, el paso de la idea de organización de (laicos) católicos a la organización religiosa” (Abundantes Divitiae, nro.7).

Nuestro Beato sintió la presencia de Dios que acompañaba su vida y fortalecía su fe, sin embargo, no estuvo exento de situaciones de pruebas, dudas o miedos que a todos –en la vida de fe−, nos asedian. P. Alberione percibió que en su fragilidad humana podía hacer algo más por el anuncio del Reino. Con su mente puesta en el futuro y en las necesidades del hombre de su tiempo, determinó que era necesario organizarse y conformar una asociación de personas que sintieran la necesidad de anunciar a Cristo, pero de una manera novedosa y particular hasta nuestros días.

“Tuvo una sensación bastante clara de su propia nulidad y, al mismo tiempo, oyó: ‘Yo estoy con ustedes… hasta el fin del mundo’ en la eucaristía; y que en Jesús-Hostia se podía tener luz, alimento, consuelo y victoria sobre el mal” (Abundantes Divitiae, n. 16).

Fredy Peña T., s.s.p.

domingo, 21 de agosto de 2011

Apertura del trienio - Segundo día


21 de agosto, segundo día de las Jornadas de estudio de la espiritualidad de la Familia Paulina.

Luego de la oración, escuchamos la segunda charla de la Hna. Teresa Groselj, fsp, sobre la vida del beato Alberione, expuesta a través de una serie de íconos realizados por la hermana.

Luego de comentar lo vivido en estos dos días, se concluyeron las jornadas con la celebración de la Eucaristía, presidida por el P. Fernando Teseyra, ssp.

Fotos de la apertura del trienio - 2

sábado, 20 de agosto de 2011

Apertura del trienio

20 de agosto de 2011

En ocasión de la apertura del trienio de celebración del centenario del carisma de la Familia Paulina, se desarrolló en la sede de la Editorial San Pablo Argentina, el primer día de las Jornadas de estudio de la espiritualidad de la Familia Paulina.

Se brindaron dos charlas:
“Beato Santiago Alberione, discípulo misionero en la cultura actual. Su vida en íconos” (1ª parte) a cargo de la Hna. Teresa Groselj, fsp, y “Claves de lectura de Abudantes Divitiae”, a cargo del P. Fernando Teseyra, ssp.

La jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el P. Agustín Cortés García, provincial de los paulinos.

Fotos de la apertura del trienio

miércoles, 10 de agosto de 2011

Familia Paulina



Sociedad de San Pablo (Paulinos)

Fundada el 20 de agosto de 1914 y aprobada definitivamente por la Santa Sede el 27 junio de 1949, tiene como misión "la evangelización con los medios modernos de la comunicación". Se forma de religiosos presbíteros y laicos consagrados (llamados Discípulos del Divino Maestro).

Presente en los cinco continentes, la Sociedad de San Pablo como medio de apostolado para anunciar a Cristo y hablar de todo cristianamente a las personas alejadas de la vida parroquial utilizan: revistas, libros, cine, radio, televisión, Cd, sitos Internet y toda la tecnología comunicativa. Los modelos de su misión son: Jesús Maestro, San Pablo, el apóstol que se "hace todo con todos" y María Reina de los Apóstoles que da vida al Cristo comunicador del Padre.

En 1931 el Padre Santiago Alberione, considerando que las ciudades de estas partes del mundo tenían un gran futuro por delante, envió a los primeros misioneros con una finalidad: “Sembrad la palabra de Dios por medio de la prensa. Entréguenla con el mismo corazón de Jesús durante se predicación; con el entusiasmo que animó a san Pablo mientras la difundía; con la gracia y la humildad por las que María se convirtió en Madre de la Palabra hecha carne”.

Estos varones consagrados a Dios, con fatiga, dolores y evangelizando a través de los medios de comunicación construyeron las casas, fundaron las ediciones SAN PABLO y la red de librerías, para difundir solamente la palabra de Dios. Sus sucesores, sacerdotes, hermanos y laicos, siembran en el país libros, revistas, periódicos, Biblias, Nuevos Testamentos, llegando a la mayor cantidad de personas posible. Es una historia de más de 70 años en la Argentina.

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Hijas de San Pablo (Paulinas)

Las paulinas viven su aventura de pregoneras del Evangelio, misioneras del Tercer Milenio. En sus manos la Palabra se hace libro, revista, folleto...

Historia de la Fundación

Fueron fundadas en 1915, por el Padre Santiago Alberione, en Alba, al norte de Italia. Las Hijas de San Pablo, conocidas como Paulinas, son un instituto religioso de carácter misionero, compuesto por mujeres consagradas apóstoles de la comunicación, que viven en comunidades fraternas al gozo de la vocación. Llamadas a vivir y comunicar a Jesucristo Maestro, Camino, Verdad y Vida como lo comprendió, vivió y comunicó San Pablo.

Teresa Merlo, a los veinte años encuentra al padre Alberione el 27 de junio de 1915, quien le pide colaborar para el nacimiento de la rama femenina de la Sociedad San Pablo. Le proyecta un futuro de libros por imprimir, Evangelios por difundir, una misión abierta al mundo entero.

Fueron creciendo, guiadas y animadas por la Primera Hija de San Pablo, Teresa Merlo. Ella decía: “Debemos formarnos un alma universal como la de San Pablo. Imitemos su caridad. Él se hacía todo para todos. Tenía un corazón delicadísimo para con todos".

Están presentes en 56 naciones de los 5 continentes; con variadas formas y expresiones apostólicas: Centros de Difusión multimediales, editorial, publicidad, venta, distribución, programas de radio y televisión, animación y coordinación de catequesis, departamentos de comunicación social, talleres, cursos, pastoral vocacional, misiones bíblicas, otros.

Privilegiamos tres etapas fundamentales de nuestro apostolado: momento creativo, redacción y diseño; edición y producción; distribución y difusión de todo producto Paulinas.

Damos prioridad a contenidos bíblicos, formativos, pastorales, de orientación, animación y ayuda, espiritualidad cristiana, vida de Santos, magisterio de la Iglesia, moral, formación para niños, jóvenes, adultos, familia; mensajes que ayuden a las personas a crecer y desarrollar valores humanos, culturales y cristianos.

Las Paulinas en la Argentina

El Padre Alberione animó en sus hijas e hijos el celo misionero de san Pablo: "nuestros confines son los confines del mundo". Así, con pocos años de fundación, envía a un pequeño grupo de religiosas a Brasil y Argentina. El 31 de diciembre de 1931 desembarcaron en Buenos Aires las hermanas Ester Inncenti y Caterina Carbone. Con la llegada de Italia de la Hermana Romilde Barbati.

Las fundaciones en el interior del País se suceden: Santa Fe, San Miguel (Buenos Aires), Tucumán, Mendoza, Corrientes, Resistencia (Chaco), La Plata, Añatuya (Santiago del Estero)... y también en el exterior: Chile, Uruguay, Perú, Bolivia, Paraguay.

En la Vida y en la Misión, Cristo es para las Hijas de San Pablo el Maestro, el Camino y la Verdad, el centro unificador en que halla plena realización cada hombre, toda la historia y el apostolado.

Misión

Llamadas por Dios a una vocación específica, las Hijas de San Pablo, han seguido la voz del Señor, y como el fundador, reconocen el privilegio de participar de la alegría de la consagración total al Señor, en la donación de su existencia misma, comprendiendo la urgencia de "hacer algo por el Señor y por los hombres y las mujeres del nuestro tiempo".

Las Hijas de San Pablo (Paulinas), hacen de la comunicación del Evangelio un proyecto de vida. Juntas, buscan caminos nuevos que el Espíritu va abriendo a la Palabra para que se difunda y recorra el mundo.

Los centros de comunicación son: las oficinas de redacción, de diseño y de técnica, las librerías tradicionales y virtuales, los centros audiovisuales, las estaciones de radio y televisión, Comunicar a Cristo, Camino, Verdad y Vida es la misión específica de las Hijas de San Pablo; una misión que no tiene fin.

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Pías Discípulas del Divino Maestro

"Jesús llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, los instituyó para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar". "Más que un nombre es un programa de vida".

Historia de la Fundación

Fundadas por el Sacerdote Santiago Alberione, en Alba (Italia), en el año 1924, el 10 de febrero, día en el que la Iglesia celebra la memoria litúrgica de Santa Escolástica.

Es el tercer instituto de la Familia Paulina y, en ella, constituyen la rama contemplativa. El primer núcleo de hermanas está constituido por 8 jóvenes, un grupo del que es designada, por el mismo fundador, como responsable Ursula María Rivata, la cual, con la toma del hábito religioso, recibirá el nombre de Madre Escolástica. Estas primeras hermanas, son identificadas por el fundador con el nombre de Pías Discípulas, nombre que resume el programa y el estilo de vida.
En la Iglesia fueron reconocidas canónicamente a lo largo de las siguientes etapas:
1947: 3 de abril, aprobación Diocesana firmada por el Obispo de Alba, S. E. Mons. Luigi M. Grassi.
1948: 12 de enero, «decretum laudis», aprobación pontificia por parte de Su Santidad el Papa Pío XII.
1960: 30 de agosto, aprobación definitiva por parte de Su Santidad el Papa Juan XXIII.

Espiritualidad

Son templo del Espíritu por el sacramento del bautismo y la consagración religiosa, se empeñan en un constante camino de discipulado, para alcanzar la configuración con Cristo, siguiendo el ejemplo de San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (cf. Gal 2,20).

Convocadas por el Amor de Dios, alimentan nuestra unión con él, en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía y, como familia reunida en el nombre del Señor, gozan de su presencia. De la intimidad con el Divino Maestro, reciben la luz, la alegría, el ejemplo y la gracia para ser, en la Iglesia, miembros vivos y dinámicos, a través de una vida entregada, que lo anuncia y lo comunica a los hombres y mujeres de hoy, por medio de un ministerio eucarístico, sacerdotal, litúrgico.

Misión

La experiencia eucarística se convierte en urgencia de anuncio concreto de vida, en la belleza, en la austeridad digna del servicio; con una continua y adecuada atención a las exigencias de las diversas culturas, llevando en el corazón la universalidad paulina.

El anhelo de responder constante y progresivamente a las exigencias del tiempo y del lugar, las lleva a contribuir al desarrollo de la pastoral en la Iglesia: a orar por las vocaciones, ayudarlas en su crecimiento y desarrollo, asistir y acompañar los sacerdotes durante el ejercicio del ministerio, en los momentos particulares de sufrimiento, en la ancianidad, soledad y otras situaciones difíciles.

Como miembros vivos y dinámicos en la Iglesia, quieren comunicar a Jesús Maestro Camino, Verdad y Vida, aquí y ahora. Con creatividad, ponen al servicio de la liturgia las riquezas de la música, de la artesanía, la arquitectura y otras expresiones artísticas, para que el decoro y la belleza sean un signo que acompañe a la oración.

Prestan el servicio litúrgico como formación, catequesis, encuentros bíblico-litúrgicos, siempre queriendo ser para la Iglesia y para el mundo una presencia humilde, profética y fecunda.

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Hermanas de Jesús Buen Pastor (Pastorcitas)

"Las Pastorcitas serán las hermanas, las madres, las maestras, las catequistas, las consoladoras de todo dolor, un rayo de luz y de sol benéfico y continuo en la parroquia. Son entre todas las hermanas las que más reflejan la vida pública del Salvador, las que más sienten que comparten su ministerio de Pastor..."

Historia de la Fundación

Fundadas por el padre Alberione el 7 de octubre de 1938 y aprobadas definitivamente por la Santa Sede el 29 de junio de 1959.

Las hermanas de Jesús Buen Pastor (Pastorcitas) en reciprocidad y comunión de responsabilidad con los pastores y todo el pueblo de Dios, son llamadas sobre todo a animar la pastoral de la Iglesia local.

Presentes en 14, naciones las Pastorcitas "ejercen su apostolado en contacto directo con las almas y las familias" de las parroquias, en las cuales están insertas.

Presencia de las pastorcitas en la Familia Paulina:


La Congregación puede decirse, es la concreción de un carisma y, en este caso, del carisma paulino en su dimensión parroquial. Las Hermanas se constituyen en animadoras de la pastoral, según el espíritu paulino, se entregan con generosa apertura a los valores que reclama el apostolado de hoy, así como a todo lo que resulta bueno, útil y eficaz para el logro de la evangelización.

Misión

La característica fundamental de su carisma es la participación en el ministerio pastoral de Cristo para edificar las comunidades cristianas en comunión con los pastores de la Iglesia. El centro de su vida es la Persona de Jesús Buen Pastor, a quien conocen, siguen y aman como el Camino, la Verdad y la Vida.

Participan del único proyecto espiritual y apostólico de la Familia Paulina, teniendo como modelos e inspiradores de su vida a María, Madre del Buen Pastor y a los santos apóstoles Pedro y Pablo, que les enseñan a vivir su misión pastoral con gratuidad, valentía y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

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Oración a la Trinidad

por nuestros cien años de servicio a la Iglesia



Santísima Trinidad,
que haces brillar en nosotros tu luz divina,
acepta nuestra gozosa alabanza y bendición,
por los primeros cien años de vida de nuestra Familia Paulina.

Te damos gracias, Padre lleno de ternura,
por la rica efusión de gracia que has derramado sobre nuestra Familia
en estos años de servicio a la Iglesia;
por los prodigios de santidad apostólica que has realizado
en el beato Alberione, nuestro Fundador, en el beato Giaccardo,
en la Maestra Tecla, en la Madre Escolástica,
y en tantos hermanos y hermanas de la “admirable Familia Paulina”;§
Te damos gracias por todas las iniciativas que, en los diversos sectores apostólicos,
mediante las riquezas de la comunicación,
han contribuido, Padre, a dar a conocer y adorar tu Nombre
y a manifestar tu Gloria.

Humildemente te pedimos perdón, Divino Maestro, Pastor bueno,
porque no siempre hemos respondido con generosidad
a las exigencias de nuestra misión;
porque no hemos dedicado suficiente tiempo y atención
al conocimiento de tu Palabra y a la profundización de nuestro carisma;
por haber confiado más en nuestras capacidades y recursos
que en el don de tu infinita misericordia.

Te suplicamos, Espíritu Santo Consolador,
por intercesión de María, Reina de los Apóstoles,
que llenes de dinámica sabiduría a quienes has puesto como guías,
para que sepan discernir con claridad
los caminos por donde quieres conducir a nuestra Familia;
llénanos de tu aliento de vida, como en un nuevo Pentecostés;
haznos capaces de nueva profecía
para que realicemos plenamente el sueño de nuestro Beato Fundador:
vivir de Jesucristo y darlo – como Camino, Verdad y Vida –
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo,
y ser “Pablo vivo hoy” en la Iglesia de Dios.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo...

LA MANO DE DIOS SOBRE MÍ

Esquema de adoración eucarística para el 20 de agosto de 2011

Introducción
Guia: En este día en el que celebramos la memoria litúrgica de san Bernardo, damos comienzo al itinerario trienal de preparación al Centenario de fundación de la Familia Paulina.

En este tiempo de Adoración eucarística queremos dar gracias a Dios, que siempre ha elegido a hombres y mujeres para que le sigan y para llevar a todos el anuncio de la salvación y el amor. De manera especial le damos gracias por la vocación del Padre Santiago Alberione en la Iglesia, ¡y por la vocación de cada uno de nosotros!

¡Escuchemos y contemplemos cómo el Señor ha obrado y actuado en nuestra historia!

Oh, si supiéramos considerar nuestros años pasados
y ver esa doble historia:
la historia de las misericordias de Dios sobre nosotros
−la mano de Dios sobre mí−,
cómo nos ha conducido;
y la historia de nuestra correspondencia a estas gracias del Señor.
Nosotros, para ser sabios, no debemos detenernos en los detalles,
debemos considerar todo el curso de nuestra vida,
es decir, desde el momento en el que
nuestra alma salió de las manos creadoras del Padre celestial
hasta el momento en el que tengamos que sentarnos
−«ut sedeatis et vivatis in regno Patris mei»−,
cuando tengamos que sentarnos a aquella mesa de eterna felicidad,
aquel gozo completo,
es decir, considerar siempre toda la vida,
porque muchas cosas nos parecen útiles y nos parece que hacen más fácil,
más satisfecha nuestra vida temporal, temporal,
pero siempre hay que considerar si son útiles para la vida eterna.

Padre Santiago Alberione
Casa Divino Maestro, Ariccia – 1960

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Explicación logo Familia Paulina 100 años


EL NÚMERO “100”: parece surgir de la Palabra. Evoca la aurora de la noche que dividió los dos siglos (31 de diciembre de 1900), cuando el Padre Alberione, ante la Eucaristía, recibió la iluminación interior que lo llevó a la fundación de la Familia Paulina (cf AD 13).

1914-2014: cien años de “abundantes riquezas de gracia” que el Señor ha derramado sobre la Familia Paulina (cf AD 4).

EL LIBRO: recuerda “la luz más clara sobre una gran riqueza que el Señor quería conceder a la Familia Paulina: la difusión del Evangelio” (AD 136).

FAMILIA PAULINA: está enraizada en el Libro Sagrado: de él se nutre porque, como subrayaba el Beato Alberione, “su primera preocupación ha de ser la santidad de la vida, la segunda la santidad de la doctrina” (cf AD 90).

La Familia Paulina, evangelizada por la sublime ciencia de Cristo**, es “Pablo vivo hoy”, una carta suya, que todos pueden leer (cf 2Cor 3,2-3).

Nace espontánea la oración:
“¡Vive, Pablo! Y haz que se multipliquen los apóstoles del bien que, con la palabra y con la pluma, den a conocer a Jesús. Que todos los pueblos lo aclamen como Camino, Verdad y Vida”.
(Beato Santiago Alberione)

* Il logo è stato realizzato da sr. Sergia Ballini fsp.
** Libro delle preghiere, Prima di leggere la Sacra Scrittura

sábado, 6 de agosto de 2011

Breve biografía de Santiago Alberione


Santiago Alberione, Fundador de la Familia Paulina, nació en San Lorenzo de Fossano, al norte de Italia, el 4 de abril de 1884, en el seno de una familia campesina, profundamente cristiana. Era el quinto hijo de los siete hijos de Miguel Y Teresa Allocco.

Su vocación fue temprana. ya en la escuela primaria manifestó su deseo de ser sacerdote. A los 16 años fue admitido en el seminario de Alba y enseguida se encuentra con quien le será padre, guía, amigo y consejero durante 46 años: el canónigo Francisco Chiesa.

En 1907 fue ordenado sacerdote y destinado al ministerio parroquial, lo cual lo marcaría para siempre.

En 1908 se doctoró en teología y fue llamado por el obispo a la dirección espiritual de los seminaristas.

Estudió sociología, pedagogía, mientras continuaba profundizando en las ciencias teológicas y pastorales.

En 1913 fue nombrado director del periódico diocesano, y entonces comprende que su misión va a estar en el campo de la prensa.

El 20 de agosto de 1914, junto con los primeros jóvenes, da comienzo a su primera fundación que, más tarde, asumirá el nombre de Sociedad de San Pablo para el apostolado de la buena prensa.

El Padre Santiago Alberione vivió con discreción y casi siempre en silencio, pero nunca fue un aislado. La soledad le permitía sintonizar mejor con los hombres, con los acontecimientos y elaborar esas respuestas prodigiosas que han caracterizado su misión.

En 1915 da comienzo a la congregación de las Hijas de San Pablo, junto a quien sería la primera superiora general, la Hermana Tecla Merlo (1894-1964), las Hijas de San pablo son el primer grupo de la rama femenina.

En 1917 da comienzo al grupo de cooperadores, personas de toda condición social que viven en el mundo los mismos ideales apostólicos y espirituales de las dos ramas paulinas.

En 1924 da comienzo a la futura congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro, para el apostolado eucarístico, sacerdotal, litúrgico.

También en 1924 funda la Sociedad Bíblica Católica Internacional (SOBICAIN), cuyo propósito es dar un servicio a la Iglesia universal mediante la difusión de la Palabra de Dios. Juan XXIII la aprobó el 14 de Octubre de 1960.

En 1938, realizando una intuición que la había nacido durante su breve tiempo de ministerio parroquial de 1908, da vida a las Hermanas de Jesús Buen Pastor (Pastorcitas), para la animación de las comunidades parroquiales colaborando con los párrocos.

En 1959 pudo concretar su preocupación por las vocaciones, al fundar las Hermanas del Instituto Reina de los Apóstoles (Apostolinas), que se dedican precisamente al fomento de las vocaciones.

Durante los años 1958-1959, da comienzo a los tres primeros institutos seculares: Jesús Sacerdote, Anunciación de María, San Gabriel, agregados a la Sociedad de San Pablo y destinados a hacer presente el espíritu paulino en todos los ambientes y clases sociales, mediante la animación cristiana de las realidades temporales.

En 1971 se añadirá el instituto Santa Familia para los casados.

En 1962 tomó parte en el Concilio Ecuménico Vaticano II

, y recibe la alegría de ver “canonizado” el carisma que había ya puesto al servicio de la Iglesia; “La evangelización con los medios de comunicación social”. Fue ésta la mayor satisfacción de su vida.

En 1927, (obtenida la aprobación diocesana para su obra) empieza a pensar en las futuras fundaciones en todo el mundo. Actualmente sus Instituciones están presentes en más de cincuenta naciones de los cinco continentes.

A las necesidades de los adultos – y como una extensión y profundización del catecismo parroquial – responde con tres periódicos modestos, pero de gran tiraje: El Domingo (1921), La Buena Palabra (1922), La Semilla (1925). Tampoco se olvida de los niños y de los adolescentes y para ellos, en 1924, funda El Pequeño diario y El Aspirante. Más adelante, en 1927, funda El Domingo Ilustrado para ayudar a las familias a aprovechar bien el tiempo libre. En la misma línea, pero con intenciones estrictamente formativas, inicia en 1931 Familia Cristiana, la revista paulina de mayor éxito en todo el mundo.

Su preocupación por la participación litúrgica en la parroquia le hace dar vida en 1932 al Boletín Parroquial Litúrgico, y para el sector mariano, la revista divulgativa Madre de Dios

En 1933 realiza un viejo sueño: dar a los catequistas un instrumento que los ayudase en su trabajo y funda la revista Doctrina y Hechos. En ella el P. Alberione anticipa el “método integral”, es decir un tipo de catequesis que debe interesar a todo hombre.

Lleva la Biblia a todos en sus textos completos, en ediciones para las familias o ilustrada para los niños y analfabetos.

Hay que destacar que la mayor parte de su obra se desarrolló bajo la dictadura fascista (1922-1945).

El P. Alberione murió el 26 de noviembre de 1971 en Roma, a la edad de 87 años.

Lis Anselmi

Vida de San Pablo Apóstol


Pablo nació en la ciudad de Tarso, en la actual Turquía centromeridional.

Considerando que en la carta a Filemón, escrita hacia mediados de la década del año 50, Pablo se declara “anciano”, es decir, de más de sesenta años, podemos fechar el nacimiento hacia comienzos de la era cristiana, unos años después de Jesús. Su familia era de estricta observancia judaica (cf Flp 3,5-6).

El nombre romano de “Pablo” (“pequeño, poco”) oculta en realidad el hebreo de “Saulo” (“invocado, llamado”).

En Tarso Pablo pasa su infancia, tal vez hasta los 13 años, frecuentando allí una escuela elemental en ámbito judío, donde aprendió el griego y sobre todo la Biblia en lengua griega. El conocimiento del mundo griego aumentaría más tarde, como demuestran las cartas en algunos puntos específicos: el tema del conocimiento natural de Dios (cf Rom 1,19-20), un cierto vocabulario antropológico (cf 2 Cor 4, 15–5,9), el concepto de conciencia (cf Rom 2,15; 13,5), etc.

Habiéndose trasladado de adolescente a Jerusalén, Pablo asistió a las clases del gran rabino Gamaliel el Viejo (cf He 22,3). Aquí adquirió un profundo conocimiento de la Torá según la escuela de los fariseos (cf Flp 3,5).

No tenemos ningún indicio de contacto alguno con Jesús de Nazaret. Su primer contacto seguro con el naciente cristianismo lo tuvo sin duda en Jerusalén, pero con el grupo de Esteban y sus compañeros: para él, fariseo, tuvo que ser algo chocante oírlos pronunciar “blasfemias contra Moisés y contra Dios”, o sea, contra le Ley y el templo (He 6,11-14). Se enfureció y pasó a la persecución abierta contra la nueva “secta”. Su actividad persecutoria se extendía de Jerusalén a Damasco. Pero precisamente allí Pablo sufrió el vuelco de su vida: “fue alcanzado por Cristo” (Flp 3,12). Según los Hechos, el evento se combinó con el bautismo y una específica iniciación cristiana por parte de la comunidad de Damasco. De ahora en adelante todas las energías del ex fariseo están puestas al servicio de Jesucristo y del evangelio.

Tiene un primer y significativo encuentro con Pedro en Jerusalén.

Bernabé, un judeo-cristiano de origen chipriota se dirige a Tarso a buscar a Pablo para que colabore en las perspectivas misioneras en la ciudad de Siria. Aquí trabajan juntos durante todo un año. Después emprenden un viaje misionero como nueva exigencia de expansión del evangelio (cf He 13, 14), desde Seleucia hasta Derbe, pasando por distintos lugares.

En el llamado concilio de Jerusalén, por la intervención de Pedro y de Santiago el Mayor, se reconoce la actividad apostólica de Pablo.
La metrópolis siria se convierte para Pablo en su sede habitual y normal punto de referencia después de sus viajes.

El segundo y más comprometido viaje misionero, ahora sin Bernabé, lo realiza desde Antioquia de Siria, atravesando diversas regiones, hasta llegar a Corinto, donde se detiene un año y medio y escribe la primera Carta a los tesalonicenses. De allí emprende nuevamente su viaje, llegando incluso a Éfeso, en Asia, hasta volver a Antioquia de Siria.

Desde aquí comienza su tercer viaje misionero: a través de Galacia llega a Éfeso, donde se queda al menos dos años. Aquí “se puso a enseñar diariamente en la escuela de Tirano” (He 19,9). Al llegar a Corinto sufre diversas ofensas, y en la ciudad de Éfeso probablemente sufre también una prisión.

La muerte de Pablo acaeció seguramente en Roma bajo el emperador Nerón y fue violenta: un martirio, con la acusación de pertenecer a un grupo subversivo. Según la cronología más adoptada, es posible que haya sido en el año 64.


(de San Pablo Hoy – http://sanpablohoy.blogspot.com)