sábado, 6 de agosto de 2011

Vida de San Pablo Apóstol


Pablo nació en la ciudad de Tarso, en la actual Turquía centromeridional.

Considerando que en la carta a Filemón, escrita hacia mediados de la década del año 50, Pablo se declara “anciano”, es decir, de más de sesenta años, podemos fechar el nacimiento hacia comienzos de la era cristiana, unos años después de Jesús. Su familia era de estricta observancia judaica (cf Flp 3,5-6).

El nombre romano de “Pablo” (“pequeño, poco”) oculta en realidad el hebreo de “Saulo” (“invocado, llamado”).

En Tarso Pablo pasa su infancia, tal vez hasta los 13 años, frecuentando allí una escuela elemental en ámbito judío, donde aprendió el griego y sobre todo la Biblia en lengua griega. El conocimiento del mundo griego aumentaría más tarde, como demuestran las cartas en algunos puntos específicos: el tema del conocimiento natural de Dios (cf Rom 1,19-20), un cierto vocabulario antropológico (cf 2 Cor 4, 15–5,9), el concepto de conciencia (cf Rom 2,15; 13,5), etc.

Habiéndose trasladado de adolescente a Jerusalén, Pablo asistió a las clases del gran rabino Gamaliel el Viejo (cf He 22,3). Aquí adquirió un profundo conocimiento de la Torá según la escuela de los fariseos (cf Flp 3,5).

No tenemos ningún indicio de contacto alguno con Jesús de Nazaret. Su primer contacto seguro con el naciente cristianismo lo tuvo sin duda en Jerusalén, pero con el grupo de Esteban y sus compañeros: para él, fariseo, tuvo que ser algo chocante oírlos pronunciar “blasfemias contra Moisés y contra Dios”, o sea, contra le Ley y el templo (He 6,11-14). Se enfureció y pasó a la persecución abierta contra la nueva “secta”. Su actividad persecutoria se extendía de Jerusalén a Damasco. Pero precisamente allí Pablo sufrió el vuelco de su vida: “fue alcanzado por Cristo” (Flp 3,12). Según los Hechos, el evento se combinó con el bautismo y una específica iniciación cristiana por parte de la comunidad de Damasco. De ahora en adelante todas las energías del ex fariseo están puestas al servicio de Jesucristo y del evangelio.

Tiene un primer y significativo encuentro con Pedro en Jerusalén.

Bernabé, un judeo-cristiano de origen chipriota se dirige a Tarso a buscar a Pablo para que colabore en las perspectivas misioneras en la ciudad de Siria. Aquí trabajan juntos durante todo un año. Después emprenden un viaje misionero como nueva exigencia de expansión del evangelio (cf He 13, 14), desde Seleucia hasta Derbe, pasando por distintos lugares.

En el llamado concilio de Jerusalén, por la intervención de Pedro y de Santiago el Mayor, se reconoce la actividad apostólica de Pablo.
La metrópolis siria se convierte para Pablo en su sede habitual y normal punto de referencia después de sus viajes.

El segundo y más comprometido viaje misionero, ahora sin Bernabé, lo realiza desde Antioquia de Siria, atravesando diversas regiones, hasta llegar a Corinto, donde se detiene un año y medio y escribe la primera Carta a los tesalonicenses. De allí emprende nuevamente su viaje, llegando incluso a Éfeso, en Asia, hasta volver a Antioquia de Siria.

Desde aquí comienza su tercer viaje misionero: a través de Galacia llega a Éfeso, donde se queda al menos dos años. Aquí “se puso a enseñar diariamente en la escuela de Tirano” (He 19,9). Al llegar a Corinto sufre diversas ofensas, y en la ciudad de Éfeso probablemente sufre también una prisión.

La muerte de Pablo acaeció seguramente en Roma bajo el emperador Nerón y fue violenta: un martirio, con la acusación de pertenecer a un grupo subversivo. Según la cronología más adoptada, es posible que haya sido en el año 64.


(de San Pablo Hoy – http://sanpablohoy.blogspot.com)

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