miércoles, 10 de agosto de 2011

Pías Discípulas del Divino Maestro

"Jesús llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, los instituyó para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar". "Más que un nombre es un programa de vida".

Historia de la Fundación

Fundadas por el Sacerdote Santiago Alberione, en Alba (Italia), en el año 1924, el 10 de febrero, día en el que la Iglesia celebra la memoria litúrgica de Santa Escolástica.

Es el tercer instituto de la Familia Paulina y, en ella, constituyen la rama contemplativa. El primer núcleo de hermanas está constituido por 8 jóvenes, un grupo del que es designada, por el mismo fundador, como responsable Ursula María Rivata, la cual, con la toma del hábito religioso, recibirá el nombre de Madre Escolástica. Estas primeras hermanas, son identificadas por el fundador con el nombre de Pías Discípulas, nombre que resume el programa y el estilo de vida.
En la Iglesia fueron reconocidas canónicamente a lo largo de las siguientes etapas:
1947: 3 de abril, aprobación Diocesana firmada por el Obispo de Alba, S. E. Mons. Luigi M. Grassi.
1948: 12 de enero, «decretum laudis», aprobación pontificia por parte de Su Santidad el Papa Pío XII.
1960: 30 de agosto, aprobación definitiva por parte de Su Santidad el Papa Juan XXIII.

Espiritualidad

Son templo del Espíritu por el sacramento del bautismo y la consagración religiosa, se empeñan en un constante camino de discipulado, para alcanzar la configuración con Cristo, siguiendo el ejemplo de San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (cf. Gal 2,20).

Convocadas por el Amor de Dios, alimentan nuestra unión con él, en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía y, como familia reunida en el nombre del Señor, gozan de su presencia. De la intimidad con el Divino Maestro, reciben la luz, la alegría, el ejemplo y la gracia para ser, en la Iglesia, miembros vivos y dinámicos, a través de una vida entregada, que lo anuncia y lo comunica a los hombres y mujeres de hoy, por medio de un ministerio eucarístico, sacerdotal, litúrgico.

Misión

La experiencia eucarística se convierte en urgencia de anuncio concreto de vida, en la belleza, en la austeridad digna del servicio; con una continua y adecuada atención a las exigencias de las diversas culturas, llevando en el corazón la universalidad paulina.

El anhelo de responder constante y progresivamente a las exigencias del tiempo y del lugar, las lleva a contribuir al desarrollo de la pastoral en la Iglesia: a orar por las vocaciones, ayudarlas en su crecimiento y desarrollo, asistir y acompañar los sacerdotes durante el ejercicio del ministerio, en los momentos particulares de sufrimiento, en la ancianidad, soledad y otras situaciones difíciles.

Como miembros vivos y dinámicos en la Iglesia, quieren comunicar a Jesús Maestro Camino, Verdad y Vida, aquí y ahora. Con creatividad, ponen al servicio de la liturgia las riquezas de la música, de la artesanía, la arquitectura y otras expresiones artísticas, para que el decoro y la belleza sean un signo que acompañe a la oración.

Prestan el servicio litúrgico como formación, catequesis, encuentros bíblico-litúrgicos, siempre queriendo ser para la Iglesia y para el mundo una presencia humilde, profética y fecunda.

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