viernes, 3 de mayo de 2013

Ecos de Alberione - 25


Primer misterio de Gloria


        El jueves 7 de agosto de 1952, Alberione meditaba acerca de los misterios gloriosos y esbozaba algunas pautas de cómo puede entenderse la Resurrección de Cristo, y la nuestra.

A partir del relato de la resurrección de Lázaro, nuestro Beato establece una diferenciación entre aquella resurrección y la que será al final de los tiempos, es decir, la que ocurrirá al fin del mundo. Lázaro volvió a la vida, pero después tuvo que volver a experimentar la muerte. Alberione señala que la resurrección de Jesús era un hecho, puesto que una vez cumplida su misión en este mundo, lo había anunciado muchas veces: “El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará” (Mc 9, 31).
Su cuerpo no debía quedar en el sepulcro, con los estigmas de sus sufrimientos… ¿Su cuerpo no tendrá una glorificación? ¿Deberá soportar el poder de la muerte? No, Dios lo glorificó y está en el paraíso, sentado a la derecha del Padre (RSP, p. 144).
Hay una clara diferenciación que plantea Alberione entre aquellos que han creído en la persona de Jesús y los que no. Entre aquellos que aceptaron el llamado de Dios y los que decidieron rechazarlo. Entre los que asumieron una vida con Cristo y los que optaron por configurar una vida sin Él. Desde esta perspectiva, para nuestro Beato el hombre se juega su opción, en esta vida, ante la promesa de Jesús, ya que el inminente juicio de Dios, después de la muerte es inevitable. Resurgiremos todos, pero no todos del mismo modo… El cuerpo de los condenados llevará grabados los pecados en los varios sentidos que pecaron…En cambio, los cuerpos de los elegidos serán glorificados por haber sido compañeros del bien (RSP, p. 144-145).
El pensamiento de Alberione, con relación a la Resurrección, nos lleva a pensar que existía, en él, una visión muy clara y definida:”los que se salvan y los que se condenan”. Quizás, el imaginar cómo va a ser nuestra resurrección al final de los tiempos no es un tema que podamos resolver ahora, porque no lo sabemos. No obstante, el estar vivos, nos da la posibilidad de plasmar una vida diferente y más cercana a lo que Dios nos pide; y no interesa si llegamos a una perfección o no, lo que sí importa es si hubo un esfuerzo sincero de ser “mejores” y solo, en la conciencia de cada uno, estará la respuesta a esa realidad. Por ahora, gastemos la vida para el bien y Dios hará el resto. Dichosos aquellos que al anochecer pueden decir: ‘Estoy cansado…’, después de una jornada gastada por Dios… pues el descanso es para despertarse en un servicio más fervoroso al Señor y al apostolado más diligente, más eficaz y más inteligente (RSP, p. 146). 

Fredy Peña T., ssp

1 comentario:

  1. Buenisimo Fredy, como siempre tu Art!. Hace unos
    dias tuve oportunidad de ver (para mi la 1era
    vez desde el Vaticano) un Rosario meditado al que
    habia llamado Francisco, con motivo del mes de
    mayo mes de Maria, me impresiono enormemente la
    humildad de Bergoglio, con su simple Rosario en-
    tre sus manos. Realmente llevaba a la meditacion.
    ETEL

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