viernes, 16 de marzo de 2012

"Ecos de Alberione" - 12

“La espiritualidad integral a Jesús Maestro”

Alberione en su búsqueda de una identidad concreta con Cristo supo empaparse de lo sustancial de otras formas de espiritualidad de su tiempo. Se interiorizó y simpatizó con la vida espiritual de grandes santos como san Leonardo Murialdo, san Juan Bosco, san José Benito Cottolengo, san Ignacio etc. Reconoció lo bueno que estos poseían, ya sea por sus iniciativas de caridad activa como la sensibilidad social que evidenciaron. De alguna manera, constató que en esas espiritualidades, siempre estaba presente la persona de Jesucristo, el Maestro Divino. Sin embargo, desde la figura de san Pablo, Alberione encontró y sondeó una espiritualidad que guiaba al discípulo por el camino del Maestro Divino. Asimismo, reafirmó este itinerario espiritual en la figura del “Cristo total” del apóstol san Juan y lo sintetizó en aquella triada tan particular: “Jesús, camino, verdad y vida”.

…San Pablo lo vive entero, sondea los profundos misterios de su doctrina, de su corazón, de su santidad…; lo considera doctor, hostia, sacerdote; nos presenta al Cristo total... (Abundantes Divitae, 159).

En esta dimensión espiritual encontramos la figura de “Jesucristo Integral” que lo llevó a formular el dogma, la moral y el culto desde Cristo. Esta devoción se constituyó en la base para que la espiritualidad paulina tomara un estilo de vida muy particular, pero a la vez muy universal. Alberione vislumbró que aquella devoción contemplaba una dimensión total de la persona y por lo tanto, era necesario que esta tuviera como punto de referencia al mismo Jesús.

…Hasta sustituirse en el hombre o al hombre: ‘Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí… En esta devoción confluyen todas las devociones a la persona de Jesucristo Hombre-Dios (Abundantes Divitae, 160).

Desde la visión “Hombre-Dios”, nuestro Beato comprobó que las oraciones de muchos y en especial de quienes realizaron sacrificios por la causa paulina se vieron reflejadas en sus frutos. En este sentido, la “divina asistencia” siempre estuvo presente en cada iniciativa u proyecto. Más aún, muchas veces, los problemas y contrariedades de distinta índole no mermaron su confianza en lo que hoy conocemos como “divina providencia”, que en muchas ocasiones fue testigo de aquel evento.

…Las familias son fruto de innumerables sacrificios, oraciones y ofrecimientos: de muchos años… No faltaron peligros de diversa índole: personales, económicos; acusaciones en referencias escritas y verbales: se vivía en peligro día tras día; pero san Pablo fue siempre la salvación… Las necesidades eran urgentes y graves; y todos los recursos y esperanzas humanas se habían cerrado; se rezaba y se procuraba alejar el pecado y toda falta contra la pobreza… Sin embargo, soluciones inesperadas, dinero venido por manos de desconocidos, préstamos ofrecidos, otros bienhechores y otras cosas que él nunca supo explicarse… (Abundantes Divitae, 163, 164 y 166).

Fredy Peña Tobar, s.s.p.

2 comentarios:

  1. Hola!. Muy bueno todo!. Pueden subir algún pensamiento de Alberione sobre la Anunciación? O dónde puedo encontrar? Recuerdan algún libro de la Opera Omnia donde haga alguna reflexión sobre la Anunciación?
    pilibarilo@gmail.com

    ResponderEliminar
  2. Hola, gracias por dejar tu comentario...Pile a la brevedad responderemos a tus inquietudes, por ahora te invitamos a que nos sigas visitando a nuestro blog y de paso te deseamos un muy buen día! Saludos.

    ResponderEliminar