Tu cabeza dio tres saltos y tres fuentes
renacieron en lo hondo de aquel suelo,
y la espada más veraz y más doliente
abrió un surco de verdad, de luz, de fuego.
Gran converso en el sendero de damasco
perseguías a Jesús y su camino
y el caballo enceguecido en ese atasco
te tiró cambiando tierra por destino.
“Soy Jesús el Nazareno a quien persigues
y sabrás que en el dolor serás mi amigo
y dejando para siempre lo que sigues
serás trueno, grito, lámpara y testigo”.
P. Jorge Amado
3º Premio
Concurso de poesías de la Familia Paulina
Hermosa Poesia.!!! Como siempre con su estilo,
ResponderEliminarnos tiene acostumbrados el P.Amado...!!!
ETEL