Santísima Trinidad,
que haces brillar en nosotros tu luz divina,
acepta nuestra gozosa alabanza y bendición,
por los primeros cien años de vida de nuestra Familia Paulina.
Te damos gracias, Padre lleno de ternura,
por la rica efusión de gracia que has derramado sobre nuestra Familia
en estos años de servicio a la Iglesia;
por los prodigios de santidad apostólica que has realizado
en el beato Alberione, nuestro Fundador, en el beato Giaccardo,
en la Maestra Tecla, en la Madre Escolástica,
y en tantos hermanos y hermanas de la “admirable Familia Paulina”;§
Te damos gracias por todas las iniciativas que, en los diversos sectores apostólicos,
mediante las riquezas de la comunicación,
han contribuido, Padre, a dar a conocer y adorar tu Nombre
y a manifestar tu Gloria.
Humildemente te pedimos perdón, Divino Maestro, Pastor bueno,
porque no siempre hemos respondido con generosidad
a las exigencias de nuestra misión;
porque no hemos dedicado suficiente tiempo y atención
al conocimiento de tu Palabra y a la profundización de nuestro carisma;
por haber confiado más en nuestras capacidades y recursos
que en el don de tu infinita misericordia.
Te suplicamos, Espíritu Santo Consolador,
por intercesión de María, Reina de los Apóstoles,
que llenes de dinámica sabiduría a quienes has puesto como guías,
para que sepan discernir con claridad
los caminos por donde quieres conducir a nuestra Familia;
llénanos de tu aliento de vida, como en un nuevo Pentecostés;
haznos capaces de nueva profecía
para que realicemos plenamente el sueño de nuestro Beato Fundador:
vivir de Jesucristo y darlo – como Camino, Verdad y Vida –
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo,
y ser “Pablo vivo hoy” en la Iglesia de Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo...
que haces brillar en nosotros tu luz divina,
acepta nuestra gozosa alabanza y bendición,
por los primeros cien años de vida de nuestra Familia Paulina.
Te damos gracias, Padre lleno de ternura,
por la rica efusión de gracia que has derramado sobre nuestra Familia
en estos años de servicio a la Iglesia;
por los prodigios de santidad apostólica que has realizado
en el beato Alberione, nuestro Fundador, en el beato Giaccardo,
en la Maestra Tecla, en la Madre Escolástica,
y en tantos hermanos y hermanas de la “admirable Familia Paulina”;§
Te damos gracias por todas las iniciativas que, en los diversos sectores apostólicos,
mediante las riquezas de la comunicación,
han contribuido, Padre, a dar a conocer y adorar tu Nombre
y a manifestar tu Gloria.
Humildemente te pedimos perdón, Divino Maestro, Pastor bueno,
porque no siempre hemos respondido con generosidad
a las exigencias de nuestra misión;
porque no hemos dedicado suficiente tiempo y atención
al conocimiento de tu Palabra y a la profundización de nuestro carisma;
por haber confiado más en nuestras capacidades y recursos
que en el don de tu infinita misericordia.
Te suplicamos, Espíritu Santo Consolador,
por intercesión de María, Reina de los Apóstoles,
que llenes de dinámica sabiduría a quienes has puesto como guías,
para que sepan discernir con claridad
los caminos por donde quieres conducir a nuestra Familia;
llénanos de tu aliento de vida, como en un nuevo Pentecostés;
haznos capaces de nueva profecía
para que realicemos plenamente el sueño de nuestro Beato Fundador:
vivir de Jesucristo y darlo – como Camino, Verdad y Vida –
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo,
y ser “Pablo vivo hoy” en la Iglesia de Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo...
como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos......Amen
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